Una mesita de noche
Una luz ténue.
Un periódico acariciado
por el humo de un cigarrillo
que pactó un canje
para succionar penas y pensamientos.
Se encuentra allí la soledad.
Se apodera de la habitación cerrada,
danza y se burla de todo,
de ese todo testigo silente de la cotidianidad.
Y así transcurren los minutos
en aquella habitación cerrada.
Un cigarrillo se apaga
velando los restos de un periódico de ayer,
evaporando las penas
y pensamientos que succionó.
Fundiéndolos con las cenizas del recuerdo
que el tiempo altanero
se encargará de borrar.