Despertar de Sensaciones

A la fragilidad que nos  enveulve y nos hace fuerte,
Mujer.

En las madrugadas primaverales
recorro caminos milenarios
escoltados por la caña de azúcar.

Pisando la tierra aún dormida,
sintiendo la hierba frágil y húmeda.

Yendo hacia algún rumbo cualquiera
despojada de mi misma
de recuerdos y tormentos,
la incertidumbre y el pasado
de mi bata blanca campesina
que se excita al rozar mis pezones.
Acosada por un viento sonsacador
que me besa la piel
y me suelta el pelo para rozar mis nalgas.

Mientras el amanecer me susurra su secreto
eyacula su resplandor con un rocío precoz.
Pero no escucho,
no miro,
no hablo ni pienso.
En vez,
respiro y siento
abrazada al sabio camino
con el pensamiento desnudo,
con la piel expuesta a la jarizna que me hidrata.
Caminando feliz.
Feliz,
como sólo lo sabe ser una mujer.