Límite de mis confines

Despúntame las espinas de la existencia
con el avance de los días
hasta que tu mirada ardiente baste
y me aquiete la impaciencia que queda
destejida con los años.

Tu sonrisa
Replica como eco en mi rostro
por encontrar tus labios su morada en los míos
y sellas con cada roce desprevenido
las endijas de mi esperanza.

Vé.
Susúrrale a mis antepasados
que hoy soy voz de mi tiempo
y que el trayecto de sol que los sedujo
mantienen confinados mis días
en la tierra de mil razas
escogida para mi trono.

El sudor de la caña brava
me salpica la piel reencarnada.
La absorbe,
libera
y la mezcla
con tu pasión olvidada.

Abrígame.
Y abriga el acertijo platónico
de mi intermitente felicidad clandestina
que reposa bajo tu nombre.