Anoche el tibio viento del verano
pasó revoloteando por mi jardín.
Portaba consigo el osado aroma
destilado por tu piel cuando me deseas.
Resentida por tu ausencia,
absorví tu aroma cercenado por el tiempo y los recuerdos.
En reconfortada resignación
abracé el orgullo que venció lo que sentimos.
Así matamos lo que amamos,
agotando la escasa ración de esperanza
que una pasión en agonía cosechó;
dos rostros que envejecieron en la espera incierta
de recibir lo que jamás dieron.
Ufff este está durísimo. Me encantó.
🙂 Súper que te gusten. Gracias divina.